Pese a las buenas perspectivas económicas y de creación de puestos de trabajo, el desempleo sigue sin romper la barrera de la referencia a 2008, el último ejercicio previo al estallido de la Gran Dimisión. El pasado mayo se contabilizaron 2,45 millones de parados registrados, todavía un 4,3% por encima de los del mismo mes de hace 17 años. Pero en ese tiempo han crecido mucho más los inscritos en los servicios públicos de empleo que no se consideran parte del desempleo. El pasado mes alcanzaron la cifra de 1,71 millones, un 73% más que antes de la crisis y un 29% desde 2022, cuando la reforma laboral apenas llevaba dos meses en vigor. Suman el 41,1% del total de demandantes de empleo, un umbral que hasta ahora solo se había superado por la pandemia.